El reciente anuncio del Ministerio de Energía y Minas (Minem), sobre una ambiciosa cartera de 165 proyectos de electrificación rural valorizados en 4,900 millones de soles, debe ser destacado como una medida concreta de justicia social y desarrollo con rostro humano. Este conjunto de iniciativas, que beneficiará a más de 1.4 millones de familias en zonas rurales, aisladas y de frontera, constituye un paso fundamental en el cierre de brechas históricas en el acceso a un servicio básico: la energía eléctrica.Durante décadas, millones de peruanos han vivido sin la posibilidad de encender una luz por las noches, conservar alimentos en refrigeración o que sus hijos estudien bajo condiciones mínimas de dignidad. La electricidad no es solo un símbolo de progreso, es una herramienta concreta para transformar vidas.