Por Iván Arenas.En la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República se discute una proyecto de ley para la minería artesanal y de pequeña escala (Ley MAPE) que, de aprobarse (tanto por la comisión como por el Pleno), sería un dardo mortal para la minería en general.El proyecto, elaborado por el actual presidente de la comisión, el zurdo Paul Gutiérrez, y sus asesores, es tan malo técnicamente que incluso es rechazado por un sector de la izquierda ambientalista. De alguna u otra manera, este proyecto de ley ha permitido, además, que la izquierda se fracture en dos sectores al parecer irreconciliables: una izquierda ambientalista que se opone al proyecto y una izquierda rentista que ve en los informales e ilegales votos y prebendas y, por tanto, se dispone a defender este proyecto.Pero, ¿por qué decimos que el proyecto de ley es malo o que de aprobarse sería una bofetada para las inversiones mineras? Por varias razones.El proyecto reconceptualiza el término de "minero informal" al que ahora califican como "aquel que no ha iniciado ningún procedimiento de formalización"; eso es absolutamente falso. Se supone que el minero informal es el minero que está dentro de un proceso de formalización cuya herramienta es el Reinfo; que está en proceso y no que está afuera. De aprobarse la ley, lo que se estaría haciendo es, en la práctica, "abrir" el Reinfo.