En entrevista a Correo publicada ayer en Lima, el alcalde de Pataz, Carlos Mariños, ha advertido que el serio y duro problema de la minería ilegal se agrava con la corrupción policial, fiscal y judicial que ha advertido en su provincia, lo que debería dejar en claro a todos los peruanos que encontrar una solución a lo que sucede en esa zona de La Libertad no será de la noche a la mañana, solo con presencia militar y policial.Pero eso no es todo. A esa situación se suma la aparición de ciertos políticos, aunque mejor llamarlos politicastros, en su mayoría de izquierda, que han comenzado a dar vueltas por la zona con la idea de ganar rédito político con miras a las elecciones del próximo año, a través de demagogia, populismo y discursos irresponsables que podrían agravar el conflicto en un sector del país por demás explosivo. Sería trágico que la situación de Pataz se complique aún más por la politización del conflicto. Ya bastante tenemos con que decenas de mineros de dudosos antecedentes figuren como militantes de partidos.¿Acaso van a ofrecer la legalidad a cambio de aportes para la campaña y votos?La situación de violencia en Pataz, siempre asociada a la minería ilegal, no puede ser aprovechada por políticos de medio pelo para ganar algo, todo a costa de la vida de la gente que incluso es asesinada y enterrada en fosas comunes.