La minería informal e ilegal de oro han existido durante décadas. Tradicionalmente, de estas operaciones participaban pequeños mineros que utilizaban métodos artesanales sin permiso, redes de minería ilegal que utilizaban mercurio y maquinaria pesada, o empresas que extraían más oro del legalmente permitido.Pero la incursión violenta de bandas criminales en esta lucrativa industria ilícita en Pataz (La Libertad) ha trastocado la naturaleza de este negocio, convirtiendo la minería ilegal en el último campo de batalla de una prolongada guerra contra el crimen organizado.El gerente de Asuntos Corporativos de la empresa minera Poderosa, Pablo de la Flor, ya había advertido el año pasado sobre los pobres resultados en la lucha contra la minería ilegal y los criminales en Pataz.Sostenía que a pesar de la presencia policial y de miembros del Ejército durante los primeros meses del estado de emergencia, en el 2024, se habían intervenido solo 25 de las 450 bocaminas ilegales identificadas plenamente en Pataz. Es decir, apenas se golpeó al 5% de estas organizaciones al margen de la ley.