Entre las 8 de la mañana y las 3 de la tarde de ayer, Lourdes Mendoza del Solar fue, por lo menos simbólicamente, la persona con más poder en el país. La segunda vicepresidenta de la República condujo las riendas del despacho mientras el presidente Alan García estuvo en Quito, en la asunción del nuevo gobernante ecuatoriano. No sufrió contratiempos. Y, por la sonrisa que exhibió a lo largo del día, la experiencia le gustó.La también congresista arequipeña no se apartó de la agenda presidencial y recibió, en Palacio de Gobierno, a los ministros de Salud, de Educación y de Vivienda, quienes le expusieron los avances de sus respectivos sectores.En un intermedio de sus reuniones, Mendoza del Solar admitió ante los periodistas que el de ayer, sin duda, fue un amanecer distinto, pero que sentía que era inmerecida la responsabilidad que se le había otorgado. "Yo represento a las mujeres que quizá debieron estar en este lugar en algún momento", comentó.