Por Gustavo Adrianzén, presidente del Consejo de Ministros.La masacre de Pataz debe marcar para todos los peruanos, en especial para los operadores de justicia y los representantes de los poderes del Estado, un antes y un después en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado.La insania terrorista con la que se perpetraron los 13 asesinatos que han puesto a prueba la templanza de todos los peruanos, no quedará impune. El largo brazo de la ley alcanzará más temprano que tarde a todos los autores de la matanza, y estos pagarán sus culpas tras las rejas. Aunque, a decir verdad, la cadena perpetua resultaría insuficiente para tanta inhumanidad.(Edición domingo).