Orillado por cuatro mociones de censura que buscan sacarlo del cargo en el que tiene poco más de 14 meses, el primer ministro Gustavo Adrianzén lanzó una amenaza velada al Congreso de la República, al señalar que de prosperar los pedidos en su contra y caer el gabinete, la presidenta Dina Boluarte podría disolver el Parlamento si este le niega la confianza al nuevo equipo ministerial.Sus desafortunadas apreciaciones no quedaron sin respuesta. El presidente de ese poder del Estado, Eduardo Salhuana, le recordó al premier que "el Congreso ejerce el control político" y "si considera que un ministro no tiene una conducta adecuada, lo somete a interpelación o censura; es un mecanismo constitucional", apuntó.