Le han dicho caprichoso, mortícola y demagogo por insistir en aplicar la pena de muerte. Le han recordado que constitucionalmente no procede, que aislaría al Perú del concierto jurídico internacional y que no puede haber retroceso en los derechos fundamentales conquistados. Él dice que el pueblo lo demanda.Su propuesta para aprobar la pena de muerte para terroristas fue sepultada por mayoría en el Congreso la semana pasada. Él ha dicho que, una vez más, la clase política le ha dado la espalda al pueblo.Pese a todo lo anterior, el presidente Alan García Pérez, a través de su bancada parlamentaria, buscará desde hoy consensos con los diferentes grupos parlamentarios para que se apruebe una convocatoria a referéndum y de esta manera "que el pueblo decida si se aplica o no la pena de muerte para violadores" de niños que maten a sus víctimas.