En un colorido ritual y en medio de ovaciones, el presidente electo Rafael Correa recibió ayer el bastón de mando de los pueblos indígenas en una ceremonia a la que asistieron los mandatarios de Venezuela y de Bolivia. Hace dos décadas, Correa vivió en Zumbahua, por casi un año, cuando aprendió las costumbres y el idioma indígena como parte del voluntariado juvenil promovido por sacerdotes salesianos. Ahora, ellos le brindaron una ceremonia celebrada en quechua. Correa y los dos mandatarios extranjeros, ansiosamente esperados por la población, llegaron con casi dos horas de retraso, cada uno en un helicóptero y en medio de un amplio despliegue de seguridad.El economista de izquierda recibió el bastón de mando que lo guiará en su gestión, ante la presencia de los gobernantes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales, que junto con otros siete mandatarios y representantes de 80 delegaciones del mundo fueron invitados a la ceremonia en que será investido hoy como presidente del país. El mandatario electo, de 43 años, anunció que no busca implantar en su gobierno "reformitas". "Hagamos una verdadera revolución democrática, constitucional pero revolución, no medias tintas, cambio radical, profundo y rápido del modelo vigente de tanta explotación, de tanta injusticia", señaló Correa, que reiteró su compromiso de llevar adelante su propuesta de asamblea constituyente.