EL PELIGROSO FACTOR CHÁVEZ
12 de enero de 2007

Si algo ha caracterizado los dos primeros mandatos del presidente Hugo Chávez ha sido su intolerancia, arbitrariedad y virulencia, con negativas consecuencias. Por ello, causa enorme preocupación, en su país y fuera de él, que ahora, al iniciarse su tercer período, haya anunciado la radicalización de lo que llama el 'proceso revolucionario venezolano' con un declarado sesgo socialista.Pareciera que estamos de regreso a los gobiernos de facto que pulularon en Latinoamérica en los años 70. ¿De qué otra manera pueden interpretarse sus anuncios de estatizar la explotación del gas, la electricidad y la telefonía, o de intervenir en la autonomía del Banco Central? ¿Y qué decir de la autocrática decisión de no renovar la licencia del más antiguo canal de televisión, Radio Caracas Televisión, por el solo hecho de ser un medio opositor e independiente? Evidentemente el presidente venezolano vive horas de triunfo y poder que a veces lo obnubilan. Chávez restriega el origen democrático de su gobierno, pero no es suficiente ser elegido en las urnas para ser demócrata; hay que respetar la división de poderes, las libertades fundamentales y la alternancia democrática, y no forzar las normas según los caprichos personalistas. ¿Y cómo interpretar sus recientes arremetidas y amenazas contra sus detractores, la prensa independiente y la Iglesia Católica?Latinoamérica y nuestro país deben estar atentos ante los cambios que impondrá el Gobierno Venezolano. Más aun ante la próxima reforma constitucional anunciada --que incluye la reelección presidencial sin límites y la revisión de la división político-territorial del país--, a lo que debe sumarse su política intervencionista en otros país y la negativa de Chávez de retornar a la CAN.