Cuando el cantante de Armonía 10, Paul Flores, fue asesinado por extorsionadores la madrugada del domingo 16 de marzo, en Palacio de Gobierno no estimaron la magnitud política que traería esa tragedia. La primera reacción del Gobierno de Dina Boluarte fue, una vez más, el inútil estado de emergencia; esta vez en Lima y Callao. Como era de esperarse, la medida no hizo que paren las extorsiones y asesinatos en las calles. Pasó todo lo contrario.Desde que se instaló esta reunión, el pasado 18 de marzo, 32 personas han muerto a manos de delincuentes. Incluso hubo atentados contra choferes de combis frente a los militares que salieron a custodiar la ciudad chalaca. (Edición domingo).