Por Elsa Galarza, profesora-investigadora de la Universidad del Pacífico.En el Perú, la dicotomía entre crecimiento económico y protección ambiental ha sido motivo de debate constante. Recientemente, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció un ‘shock’ desregulatorio, destinado a eliminar barreras burocráticas y reducir/simplificar trámites y permisos para acelerar la inversión pública y privada. Si bien esta medida busca dinamizar la economía, es esencial analizar cómo una regulación eficiente puede armonizar la inversión con la sostenibilidad ambiental. La eficiencia regulatoria no implica necesariamente la eliminación de controles, sino su optimización. Un marco regulatorio bien diseñado puede facilitar inversiones sostenibles, garantizando que los proyectos cumplan con estándares ambientales sin incurrir en demoras innecesarias. La clave radica en simplificar procesos, sin comprometer la calidad de las evaluaciones ambientales. (Edición domingo).