A un año de las elecciones generales, el contexto se torna incierto, tanto por factores internos propios de un año preelectoral, como por la guerra comercial desatada por Donald Trump contra China y la incertidumbre que deja la errática política comercial estadounidense. Al convocar a elecciones generales, la presidenta Dina Boluarte afirmó que el Perú celebrará comicios en un entorno alentador: recuperación económica en curso, inflación bajo control, tipo de cambio estable, y niveles récord de inversión pública y exportaciones.Sin embargo, dicha caracterización subestima groseramente la vulnerabilidad que enfrentamos ante un panorama incierto, tanto por el contexto interno como por el internacional.Desde Videnza Instituto, para el año preelectoral identificamos dos flancos desde el lado interno que podrían afectar el "optimismo" que ha mostrado el Gobierno.El Perú no es ajeno a las dinámicas preelectorales que afectan la economía: fragmentación institucional, alta polarización y un escenario electoral incierto. Si bien mantenemos fortalezas macroeconómicas que mitigan los riesgos externos, los internos tienden a dominar la percepción de los agentes económicos.