UNA BUENA LEY ELÉCTRICA
27 de diciembre de 2004

El sector eléctrico es sumamente complejo. Recuerdo los años en que trabajé en el MEM y en el regulador, novísima entidad del año 1997. Para un abogado como yo, fue complicado entender diagramas de carga, pérdidas joule, efecto corona, sistema de costos marginales, el VNR, el VAD y cosas como ésas. Tuve la suerte de tener grandes maestros, quienes con paciencia, y sobre todo con afecto, dedicaron horas a que yo entendiera -algo- los misterios de la electricidad.Por eso temas tan complejos como éste requieren mucho conocimiento. Es así que trataré de explicar la ley que acaba de ser aprobada por el Congreso, que cambia la Ley de Concesiones Eléctricas, por supuesto desde los ojos de alguien que no es ni pretende ser experto en la materia. Lo que sí he hecho ha sido consultar con autoridades y expertos y todos han coincidido en señalar que la ley que se acaba de dar en el Congreso ayudará a bajar las tarifas eléctricas beneficiando a los peruanos. Cualquier duda debe ser consultada al regulador, que debe responder. Lo que no podemos hacer es retroceder como país y pretender fijar las tarifas eléctricas por ley. Debemos dejar que el regulador haga su trabajo. Finalmente el regulador y el ministerio del sector son las autoridades en el campo eléctrico. Ambos están de acuerdo con las modificaciones a la ley.El año que pasó se juntaron varias cosas que hicieron que por primera vez desde que se dio la ley hubiera distribuidores sin contratos, dada la diferencia entre el precio de barra y el spot, llegando el precio spot a ser superior hasta en cinco veces al de la barra. Se juntaron: un exceso de demanda por el crecimiento económico; centrales viejas que entraron a marginar por la sequía subiendo el precio; un costo de los combustibles muy alto y, lamentablemente, muy poca oferta de generación. La falta de oferta se debió a que la fijación tarifaria era irreal, incluyendo centrales que nunca entraron; con un horizonte tarifario demasiado amplio e impredecible (cuatro años) que dio al regulador demasiada discrecionalidad.Ello ha sido mejorado en la ley aprobada por el Congreso: con una fijación -1+2; con tarifas de generación anuales; inclusión de demanda real (también la del Ecuador); hidrología promedio (no la del año anterior); precio de combustible de la fijación tarifaria anterior, y otros. Así tendremos más predictibilidad en la tarifa y más inversión en centrales nuevas; reconversión de las existentes a gas; marginaremos con centrales más baratas y, lo más importante, se incrementará la competencia en el sector logrando precios de energía más bajos, haciendo al país más competitivo. La ley es buena por eso, porque alienta la competencia para que bajen las tarifas, y quien no lo entiende que le pregunte al regulador, señala Cecilia Blume, en su columna "Al toro por las astas".