El paro de transportistas, respaldado por el grueso de la población, frenó ayer Lima Metropolitana y el Callao; sin embargo, el gobierno de Dina Boluarte se mostró indiferente con su clamor al señalar, por intermedio de la presidenta y del premier Gustavo Adrianzén, que esta medida de fuerza no soluciona la ola delincuencial y criminal y que, por contrario, solo afecta la economía del país.Pese a que el Ejecutivo buscó reducir el impacto del paro con el despliegue de la Línea 1 del Metro de Lima, el Metropolitano y corredores complementarios, además de disponer clases virtuales, trabajo remoto, miles de personas quedaron varadas por la mañana en los paraderos de la Panamericana Norte, Panamericana Sur, Vía Evitamiento, óvalo Santa Anita, avenida Faucett, entre otras vías. Los escasos taxis, autos colectivos, combis y cústeres informales que circulaban triplicaron los pasajes.