La segunda quincena de marzo el Ejecutivo instaló el llamado Cuarto de guerra, una sala situacional inspirada en un concepto militar para definir la estrategia contra la delincuencia y dinamizar la toma de decisiones bajo presión.Según el Gobierno, esto representa la preocupación del Estado (presidenta, ministros y jefes militares y policiales) para monitorear el combate a la criminalidad. Transcurridas casi tres semanas, un extitular del Interior y un general PNP en retiro ofrecen sus impresiones y examinan sus resultados."El cuarto de guerra tiene que ver con un plan, una estrategia, con la toma decisiones. En consecuencia, debería ser de la forma más reservada posible", explicó a Correo el exministro Mariano González. En su opinión, "el Gobierno ha pretendido, con ese nombre rimbombante, cumplir con alguna estrategia comunicacional (...) pero no se está cumpliendo un plan, porque no hay un plan; y tampoco se está comunicando adecuadamente".