Se lava las manos. Mientras la ola criminal que vive el país parece ya haber ahogado a su gobierno, la presidenta Dina Boluarte prefiere eludir su responsabilidad y culpar a las anteriores gestiones de permitir el avance del crimen organizado.Los muertos por el sicariato y las extorsiones se cuentan a diario en su gobierno que aún no sabe cómo enfrentar la delincuencia, pero la mandataria no asume culpas y, desde la comodidad de Palacio de Gobierno, aprovechó una nueva sesión del Cuarto de Guerra para deslindar de la realidad criminal que castiga al país. "En vez de ponerle el freno, por el contrario, le abrieron la puerta a delincuentes, extorsionadores y demás criminales, y hoy estamos pagando las consecuencias de aquellos gobiernos negligentes", arremetió contra sus antecesores la mandataria, acompañada por altos mandos militares, en una demostración más de la poca capacidad de este gobierno para admitir responsabilidades, enmendar el rumbo y dar tranquilidad a la ciudadanía. (Edición sábado).