Por Carlos E. Paredes, economista de Intelfin Estudios y Consultoría.A propósito de la primera plana de Gestión del 17 de marzo, "Petroperú pone en riesgo la nueva refinería de Talara", publiqué un post en la red social Linkedin en el que señalo que "es increíble lo que está generando la pésima y poco transparente gestión de Petroperú". El post explica las razones de mi aseveración: (i) Petroperú manipuló y arrancó la unidad de flexicoking (FCK), la más sofisticada y costosa de la refinería (cerca de US$ 800 millones) contra la recomendación explícita de la empresa licenciataria (Exxonmobil) y, aparentemente, la dañó aún más; (ii) volverla a poner en operación segura tomará varios meses, con lo cual la utilidad operativa de la empresa se reducirá sustancialmente; y (iii) en este contexto, la petrolera estatal tendrá que pedir un nuevo apoyo financiero al Gobierno. Mi post terminaba señalando "lo menos que pueden hacer los señores Óscar Vera y Alejandro Narváez, gerente general y presidente del directorio, respectivamente, es informar y contestar a las muchas preguntas que surgen". Parece ser que el pedido de información y transparencia no les gustó. El viernes 21, recibí una carta notarial de la empresa en que se me solicita que me rectifique en un plazo no mayor a cinco días, "reservándonos -en caso contrario- el ejercicio de nuestro derecho en la vía legal correspondiente". Lo que Petroperú señala en la carta (pueden acceder a ella en Linkedin) es similar a lo que expresó en su comunicado del 17 de marzo a raíz de la publicación de Gestión. Desgraciadamente, tanto la referida carta como el comunicado de Petroperú no reflejan la verdad, sino más bien la desvirtúan.