La agonía de Petro-Perú, empresa pública agobiada por sus deudas y malos manejos, es una especialmente larga. La prolongan los continuos salvatajes que recibe de un sector público timorato y que parece en ocasiones capturado por los intereses de la propia petrolera. La siguiente mano extendida que parece próxima a recibir viene de Perú-Petro, empresa estatal responsable de promocionar y licitar los lotes petroleros del país. José Mantilla, anterior presidente de la institución, ofertó los lotes I y VI, en Piura, a finales de febrero, bajo protesta de personas cercanas a Petro-Perú. Esta última pretendía que los lotes les fuesen otorgados sin concurso alguno, a dedo, puesto que las finanzas de Petro-Perú no alcanzaban la solvencia requerida para ganar la buena pro en una competencia abierta. Pero mientras la gestión de Perú-Petro defendía su decisión de licitar los lotes, Mantilla fue reemplazado intempestivamente por Pedro Chira, expresidente de Petro-Perú. La sospecha, por supuesto, es que el cambio en la presidencia del directorio de Perú-Petro tenga como objetivo favorecer a la petrolera estatal con los lotes, dado que continúa la evaluación técnica y económica de las empresas ganadoras. (Edición domingo).