Por Omar Mariluz Laguna, director periodístico de Gestión.Desde que asumió la cartera de Economía y Finanzas, José Salardi ha marcado una clara distancia con las políticas de su antecesor, José Arista. Mientras este último se caracterizó por su resistencia a conceder beneficios tributarios, aunque terminó cediendo a las presiones políticas, el nuevo titular del MEF ha optado por una postura más proactiva en favor de la inversión privada, impulsando incentivos que alivian la carga fiscal de los empresarios.Uno de los primeros gestos de Salardi fue el anuncio de que el drawback, un beneficio aduanero para exportadores, no sería eliminado en julio de este año, como había dispuesto Arista mediante decreto supremo.Su argumento principal es la incertidumbre global y los cambios en el comercio internacional, reforzados por el "efecto Trump", que podrían complicar el escenario para las exportaciones peruanas. Desde esta perspectiva, mantener el drawback ayudaría a preservar la competitividad del sector.Sin embargo, esta decisión implica renunciar a una recaudación adicional de S/ 1,770 millones entre 2025 y 2026, recursos que habrían servido para reducir el déficit fiscal. Y este no es el único punto en el que Salardi ha tomado una dirección distintiva de fomentar su crecimiento y también ha mostrado su apoyo a la nueva ley de promoción agraria, que restituye beneficios tributarios al sector agroexportador, pese a que el MEF de Arista estimó que su costo fiscal ascendería a S/ 1,850 millones anuales y S/20,000 millones en los10 años que duraría la medida.