Por Luis Miguel Castilla, director ejecutivo de Videnza Instituto.Para acelerar el cierre de la brecha de infraestructura, la nueva gestión del MEF le está poniendo particular énfasis a las asociaciones público privadas (APP) y a las obras por impuestos (OXI). Las credenciales del ministro José Salardi en Proinversión apuntan a que el shock desregulador anunciado intentará promover un mayor uso de dichos mecanismos para avanzar con proyectos de infraestructura embalsados por años sin que ello implique imponer una carga excesiva al fisco. Esto resulta clave para recuperar la credibilidad perdida por el deficiente manejo de la política fiscal de gestiones anteriores y, a la vez, apuntalar el crecimiento potencial de nuestro país.Sin embargo, la apuesta por la participación privada no es compartida por todos. La modalidad de Gobierno a Gobierno (G2G) es la más demandada por entidades públicas en sus tres niveles de gestión, aupadas por ofertas de "Gobiernos amigos" muy proactivos en promocionar este esquema como la panacea para el cierre de brechas. Solo en los últimos cincos años, el Perú ha acumulado S/ 70,000 millones en inversiones comprometidas en siete proyectos de infraestructura bajo la modalidad G2G. Sin embargo, como veremos, las APP son más efectivas que los G2G para la ejecución de proyectos de inversión pública por diversos motivos.