La Junta Nacional de Justicia (JNJ) ha cobrado un poder inusitado por poner en jaque a las autoridades que lideran las instituciones que persiguen el delito en el país. Los mandatos de la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, y de la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, quedaron a merced de una entidad que está más cerca del poder político de lo que debería. Tello, por ejemplo, fue notificada el último miércoles del proceso administrativo inmediato que puede terminar en su destitución.La JNJ acogió la queja que interpuso, en 2024, el coronel PNP (r) Julio Cadenillas Díaz contra la jueza suprema y otros cuatro magistrados por rechazar su casación, con la que pretendía retornar a la actividad policial, invocando supuestamente una ley derogada.Cadenillas fue pasado al retiro en febrero de 2014, junto a otros dos oficiales, por irregularidades en su rendición de cuentas de un viaje de trabajo que hizo a Arequipa en agosto de 2013.