Veintitrés días después de que el Ejecutivo observara la ley que busca restituir la detención preliminar, la Comisión de Justicia del Congreso finalmente tomó una decisión al respecto: desestimar la propuesta del gobierno e insistir con la fórmula inicialmente aprobada a mediados de diciembre. En el interín, como cabía esperar, el crimen no se detuvo y hasta podríamos decir que se radicalizó, con un número escalofriantemente alto de asesinatos en enero (181) y con atentados como el de la sede del Ministerio Público en Trujillo, que trajo a la mente el recuerdo de épocas grises para los peruanos.Pese a que la decisión del grupo parlamentario es en líneas generales positiva, esta tiene dos matices: la primera, que no se tomó por consenso, y la segunda, que el tiempo que demoró ha dejado secuelas en la acción de la justicia.