Por Elena Conterno, especialista en políticas públicas.La actuación fiscal en relación a la Central Hidroeléctrica de Chaglla presenta una paradoja: mientras investigaba el proceso de licitación en que resultó adjudicada la producción de esta central, avaló que Odebrecht la vendiese a un tercero y se quedase con parte de la venta. Más paradójico aún que mantenga la investigación, a pesar de haberla iniciado hace 10 años y no tener indicios mínimos de delito. Como una de las investigadas, doy fe de lo absurda de la situación.Vayamos a los hechos. El proceso de licitación atrajo a nueve postores, de los cuales seis presentaron propuestas; no fueron uno, ni dos, fueron seis. El proceso buscaba promover la construcción de centrales, de tal manera que hubiese energía que siguiera acompañando el crecimiento del país.Por cierto, una cosa es comprar energía proveniente de centrales existentes y otra comprometerse a comprar energía de centrales que no existen (y tardan 5 años en construirse) para así ampliar la capacidad de generación y evitar racionamiento y subida de precios. Que el frenazo de Ollanta Humala a la economía y las distorsiones regulatorias hayan deprimido los precios en el mercado eléctrico, no significa nada sobre los competitivos de los precios logrados en la licitación.