Por Mirko Lauer.Las torres eléctricas de alta tensión derribadas por Sendero Luminoso en otros años eran parte de un diseño de paralización del país. Las que venimos viendo derribar en Pataz son una versión mini de lo mismo: afectar la marcha de la minería legal que los mineros ilegales ven como una amenaza a sus ganancias. Las minas legales se defienden, hay que asustarlas o cancelarlas.En teoría la minería ilegal quiere que la dejen tranquila para extraer sus ganancias. Pero hay ilegales que codician las ganancias de la mina formal. Viene siendo el caso de Poderosa y otras minas aledañas en el distrito minero de Pataz, que vienen resistiendo lo que parece un plan para apropiarse de ellas. De allí las tácticas senderistas de estos tiempos.El esquema es más amplio que amedrentar a Poderosa, que ha llegado a contratar a más de mil guardias de seguridad para evitar males mayores. Se trata también, creemos, de limitar la acción y el prestigio de la fuerza policial en La Libertad, y de enviar un mensaje político a la ciudadanía norteña. Veremos más estallidos eléctricos en el 2025.¿Por qué Pataz? La hipótesis más a la mano es que el distrito aurífero necesita imponer un orden que proteja las enormes ganancias ilegales frente a la ley. Las minas legales, que son de regular tamaño, muchas de ellas de oro, interfieren con esas ganancias cuando desean imponer el imperio de la ley en la minería de la zona.(Edición domingo).