La estructura humana que sostiene la gestión de Delia Espinoza Valenzuela ha variado mucho desde que tomó el mando del Ministerio Público. Al inicio, en noviembre de 2024, sus principales brazos de trabajo eran los fiscales Elmer Chirre y Marcial Páucar, pero de ellos este último fue el que ganó un rol más protagónico. Estar a cargo del Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales le da un innegable peso que, cuando sea necesario abrir investigación a un alto funcionario, Espinoza no puede ignorar. Chirre y Páucar no son amigos. De hecho, fuentes consultadas por Perú21 indicaron que las peleas entre ambos en las oficinas de la Fiscalía, antes de ostentar sus cargos actuales, eran casi diarias. Cada uno quería que las cosas salieran a su manera a pesar de las disposiciones que emitía la fiscal de la Nación. La distribución de trabajo, de personal y hasta de oficinas eran los motivos de las pugnas.No obstante, pese a las diferencias, su jefa los juntó en su equipo desde que estaba al frente de la Fiscalía Suprema Anticorrupción. Chirre es un destacado fiscal anticorrupción que logró la primera condena contra la empresa Odebrecht en 2019. Páucar, en tanto, es un magistrado especializado en lavado de activos que integró el primer equipo Lava Jato, cuando la cabeza era Hamilton Castro. (Edición sábado).