Por Eduardo Morón, presidente de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros - Apeseg.Llega fin de año, y lamentablemente con las celebraciones suele haber desgracias que llaman la atención porque el afectado no cometió mayor error que ser el vecino de donde se originó un siniestro. Pensemos en los dos casos más recientes. El primero, en el norte del país, donde los pescadores artesanales que operan en Lobitos están sufriendo el derrame de petróleo provocado por Petroperú que dejó las playas completamente contaminadas y les será imposible tratar de pescar algo hasta que las playas estén adecuadamente limpias. Los pescadores no son los únicos impactados, pues si alguien realizaba alguna actividad de turismo en la zona tendrá que darse media vuelta.Evidentemente, corresponde que Petroperú (causante del daño) indemnice el lucro cesante, es decir, los ingresos dejados de percibir por los pescadores artesanales al verse impedidos de hacerse a la mar.¿Cómo debería pagarse? Debería existir un registro de quienes son los pescadores que trabajan en la zona. Así se podría hacer un cálculo de sus ingresos diarios dejados de percibir, descontar los costos que no han incurrido y el monto resultante de esta operación debería ser pagado por el número de días que demore Petroperú en limpiar la zona.Nadie quiere comer cebiche con trazos de petróleo.