Por Víctor Gobitz, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.Culminamos el año con un crecimiento económico, medido en términos del PBI, ligeramente superior al 3%, cifra significativamente mejor que la del 2023, que fue negativa (-0.55%). Debemos destacar importantes eventos del año, como la realización del APEC; la inauguración del megapuerto comercial -no minero- de Cahancay; la aprobación de la extensión de vida de Antamina hasta el 2036; el inicio de la construcción de la mina de cátodos de cobre de Tía María; y el progreso en los estudios de ingeniería para la construcción de la mina de cobre Zafranal. En términos de producción minera, en el caso del cobre, que representa más del 50% del PBI minero, este año culminará en torno a los 2.75 millones de TMF de cobre fino.En el caso del oro formal, que aporta alrededor del 30%, el 2024 terminará en el orden de 3.5 millones de onzas producidas. La nota negativa del año ha sido nuestra incapcidad como país para debatir y concordar respecto de una ley que aborde la formalización de la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE). Un reflejo de lo anterior es que hemos contado, durante los últimos 12 meses, con tres ministros en la cartera de Energía y Minas; el segundo de ellos fue censurado por el Congreso, precisamente por intentar colocar en debate la ley MAPE.La industria minera, en todas sus escalas, debe ser sostenible y competitiva para que otorgue empleos dignos y de calidad. Ello se logrará si y solo si aseguramos que toda su cadena productiva sea correctamente abordada: exploración, preparación, explotación y beneficio/comercialización.