En medio de plantaciones de uva, palta y arándanos, en el productivo valle de Ica, se erige una mole de concreto que no solo rompe con la armonía de la naturaleza, sino que pone en riesgo una de las principales fuentes de ingreso del país: la agroexportación. A quince minutos de llegar a la calurosa ciudad, se divisa una fábrica de cerámica de 30 hectáreas, construida hace un año sin permisos ni estudio de impacto ambiental, cuyos dueños chinos buscan que opere en 2025. La fábrica es de la empresa Tengda Cerámica Perú SAC, que no piensa ceder ni perder su inversión. A 350 metros se ubica el fundo Nuevo Horizonte; a 450 metros, Agro Carmen, y a 700 metros, el fundo La Caporala. Los agroexportadores temen por su sector. Basta con que un residuo de polvo contamine uno de los cultivos para que veten a todo el país, advierte Manuel Olaechea, un empresario iqueño, gerente del fundo Sun Fruits Exports S.A."Han construido un monstruo y después han sacado los permisos", criticó Olaechea.(Edición domingo).