Petro-Perú afirmó días atrás que las labores de limpieza de hidrocarburo en la playa Las Capullanas y lugares adyacentes habían concluido, incluso su gerente general, Óscar Vera, dijo que el agua era cristalina. Sin embargo, estas declaraciones han generado indignación en la ciudadanía, los gremios y las autoridades, quienes denuncian que el derrame de petróleo -ocurrido en el distrito piurano de Lobitos- causa un serio impacto social y económico en la zona. El presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Consumo Humano Directo de Cabo Blanco, Jesús Yenque Pazos, advirtió que entre 500 y 600 pescadores han paralizado sus labores debido al derrame.