Por Diego Macera. Poco a poco y a trompicones, los astros se alinean a favor del Perú. No en la arena política, por supuesto, en la que nos encaminamos a una elección caótica, ni en la de seguridad ciudadana, pero por lo menos sí en el frente económico internacional. A pesar de la reducción del crecimiento de China (hoy el gigante crece a la mitad de velocidad de la década pasada), los vientos externos son favorables. El mejor ejemplo son los términos de intercambio que enfrentamos –es decir, la relación de precios de nuestras exportaciones y nuestras importaciones–. Con el precio récord del oro, valores muy buenos del cobre y el barril de petróleo (que importamos) muy cerca de su promedio de las últimas dos décadas, los términos de intercambio para el Perú están en su mejor nivel en al menos 50 años.