El fin de la legislatura parlamentaria fue, ciertamente, un viernes 13. La mala suerte no fue para nuestros representantes en el hemiciclo; fue para la gran mayoría de peruanos que esperamos sentados que se aprueben importantes reformas electorales para que se apliquen en los comicios presidenciales de 2026, y los cambios nunca llegaron. Dentro de las reformas pendientes existen aquellas que ya no serán aplicables en las siguientes elecciones. Estas, requieren de reformas constitucionales que solo se pudieron concretar con su aprobación en dos legislaturas.