Por Erick García, exdirector de Hidrocarburos del Minem.Con el reciente anuncio del ministro de Transportes y Comunicaciones sobre la emisión de un decreto supremo orientado a promover la electromovilidad en el transporte público, se abre una oportunidad para transformar el parque automotor en los próximos cinco años. Es fundamental priorizar el desarrollo del transporte público eléctrico, no solo por su impacto en el ambiente, sino también por los innumerables beneficios en la calidad de vida de la ciudadanía. Este decreto no solo incluirá medidas tributarias, actualmente en discusión en el Congreso, también contempla políticas públicas integrales que faciliten la adopción de vehículos eléctricos, específicamente en el transporte público, buscando aprovechar las ventajas energéticas del Perú para garantizar una transición exitosa hacia un transporte sostenible, beneficiando a los ciudadanos y al medioambiente. Debemos recordar que la actividad económica del sector energía que más contamina en nuestro país es el transporte, y a su vez tiene un impacto directo en la economía nacional, especialmente cada vez que sube el combustible y se refleja en alza de alimentos, medicinas y demás materias primas que afectan a la canasta familiar de todos los peruanos. Actualmente, importamos 64% del combustible que utiliza el sector transporte y el único combustible que tenemos y exportamos es el gas natural, el que permite que contemos con tarifas eléctricas competitivas y sea hasta un 50% y 70% más barato que el diésel y la gasolina, respectivamente. Sin embargo, el combustible que más utilizamos en el transporte es el diésel importado y es usado principalmente en el sector de transporte público y de carga.