El Gobierno ha declarado al 2007 Año del Deber Ciudadano, lo que debe entenderse como un compromiso al más alto nivel con el fin de promover estos valores fundamentales para el desarrollo personal y nacional.Efectivamente, como bien lo ha recordado el jefe del Gabinete, Jorge del Castillo, fue el propio presidente Alan García quien incluyó el tema en su discurso de toma de mando. Luego, de modo positivo, se obligó a los funcionarios públicos a respetar la luz roja del semáforo y dejar de abusar de las circulinas, como se hacía antaño.Detrás de ello hay un razonamiento importante que debemos alentar: primero, que así como exigimos derechos tenemos que cumplir nuestros deberes y responsabilidades, lo cual es fundamental para alcanzar la excelencia y el desarrollo. Luego, que ante todo corresponde a las autoridades dar el ejemplo de entender, asimilar y ejercitar estos valores. Asimismo, que hay que empezar por actos concretos y viables, no necesariamente perfectos. Y, también, queda claro que el incumplimiento del deber tiene que merecer algún tipo de sanción.El reto ahora es involucrar a todos los ciudadanos en una campaña nacional por un cambio en la idiosincrasia para ser responsables y celosos con nuestros deberes. Ello necesariamente debe apuntar, como eje prioritario, al sistema educativo e involucrar a los padres de familia y los maestros.(Edición martes).
- [El Comercio,Pág. A 4] /