La empresa estatal Centromín Perú y la firma de capitales estadounidenses Doe Run Perú se encuentran enfrentadas, pues ambas se rehúsan a remediar el impacto ambiental generado por las emisiones al aire de la fundición de La Oroya en los últimos diez años y a ver lo que corresponde a la ampliación del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) de Doe Run Perú.Según el contrato asumido por Centromín con Doe Run, la minera estatal se haría cargo de los pasivos ambientales generados por las emisiones al aire de la fundición hasta la culminación de su PAMA original, es decir hasta enero del 2007. Sin embargo, tras la ampliación concedida por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) del PAMA hasta octubre del 2009, Centromín considera que Doe Run ha incumplido el contrato, razón por la cual no está obligada a hacerse cargo de los pasivos originados por la fundición desde el momento de su privatización.La recuperación ambiental de La Oroya se refiere principalmente a las inversiones que se requieren para mejorar la situación de los suelos de la ciudad, que tienen altos contenidos de plomo, cadmio y arsénico producto de la emanación al aire de los gases de la planta de fundición de esa ciudad. Estas sustancias son perjudiciales para la población.Por su parte, Doe Run le ha señalado a Centromín que le corresponde a la empresa estatal, según el contrato firmado cuando obtuvo la fundición, a acompañarla con la remediación ambiental en la ampliación de su PAMA hasta el 2009, indicando que este tipo de modificaciones figuran en el contrato.(Edición martes).