El nuevo directorio de Petro-Perú tuvo su primer careo con la prensa ayer, presentando cifras de espanto, que dan cuenta de "cómo la empresa va de más a menos". Así lo manifestó el presidente de la petrolera estatal, Alejandro Narváez, tras puntualizar que las pérdidas del 2023 fueron de US$1.064 millones y las de enero a setiembre del 2024 llegaron a US$745 millones. Precisó que "las proyecciones de la administración anterior" sugerían una pérdida de US$960 millones para el cierre de este año, lo cual significa que "la empresa está casi quebrada, pero todavía no lo está, por bendición de Dios".A su entender, Petro-Perú se encuentra en "una situación de cuasi insolvencia", la cual es "la antesala de una posible quiebra". En esa línea, se comprometió a trabajar para que la petrolera estatal vuelva a obtener cifras en azul y consiga incrementar su participación en el mercado local de combustibles, de 24% (la más baja de su historia) a 40% o 50%. Esto se lograría si le "dan un poquito de tiempo" y no sufre "maltratos" y "ninguneos" por parte de la prensa y los gremios empresariales, aseguró.