Dina Boluarte pasará a la historia como la presidenta que alargó la agonía de Petroperú. A pesar de la grave situación financiera de la petrolera -que al cierre del tercer trimestre de este año reporta pérdidas por US$745.4 millones- y del reciente financiamiento de US$1,000 millones otorgado por el Estado para evitar su insolvencia, Boluarte decidió ceder la presidencia de la empresa a Alejandro Narváez, un izquierdista radical. Narváez, a su vez, ha nombrado como gerente general a Oscar Vera, un sindicalista de la empresa. Perú21 había denunciado las gollerías de las que gozan los empleados de Petroperú como los clubes y las casas de playa. Más aún, el ministro José Arista había señalado que los beneficios laborales que tienen los trabajadores de la estatal "asustan o espantan". En febrero de este año, Arista ilustró el problema separando su pulgar e índice de su mano izquierda unos cinco centímetros y afirmando: "Así de grueso era el libro de beneficios de los trabajadores de Petroperú. Se le paga escolaridad a los hijos hasta que cumplan los 29 años. Es una cosa absurda, pero dicen que son beneficios logrados por el sindicato".Pese a ello, se nombró gerente general a Vera, con los evidentes conflictos de interés que tiene. En otras palabras, Boluarte decidió otorgar el control de Petroperú a los sindicatos abusivos de la estatal, aprovechando el contexto de APEC.