Ayer a las 4:27 de la tarde, el general EP José Williams Zapata, uno de los gestores de la operación Chavín de Huántar, realizó su último saludo y revista a la tropa. Centenares de soldados de la Marina de Guerra, el Ejército y la FAP habían llegado hasta el patio de honor del Pentagonito para despedirlo luego de 38 años de servicio activo. La posta en la jefatura del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas fue asumida por la Marina de Guerra, en la persona del vicealmirante AP Jorge Montoya Manrique, quien inició su discurso de toma de mando pidiendo un minuto de silencio en honor a los caídos durante la guerra contra el terrorismo. Fue claro: en beneficio de la seguridad nacional promoverá el trabajo coordinado de las tres instituciones militares del país y fortalecerá el entrenamiento de las tropas para no ser presa fácil en las acciones de combate. Igualmente, garantizó el respeto irrestricto de los DD.HH. y pidió a la sociedad no mirar con malos ojos a las FF.AA. Pero todo tiene un correlato: aseguró que castigará a los efectivos militares que incurran en actos de corrupción.