Esta vez, los integrantes de la Comisión Política de Perú Posible (PP) no solo insistieron en sus denuncias de una persecución política contra Alejandro Toledo, sino que acusaron la existencia de una 'fábrica de denuncias' que -dijeron- funciona en Palacio de Gobierno con el presidente de la República Alan García como "gerente general". Esta afirmación fue hecha por el ex premier Carlos Ferrero, quien sustentó su apreciación en sucesos como la defensa, por parte de García Pérez, a la labor de la jueza Carolina Lizárraga. Casi eufórico, se basó en este último hecho para denunciar una presunta intromisión del jefe de Estado en la administración de justicia y en las funciones de la Contraloría. Esto último en alusión a las facturas de Palacio, publicadas en diferentes medios de comunicación, que dan cuenta del dispendio que hubo durante el gobierno de Toledo en la compra de cajas de whisky, joyas, perfumes, cenas en restaurantes exclusivos, viajes, etc. En ese contexto, fiel a su estilo, Ferrero no perdió ocasión para criticar a "un sector de la prensa que maximiza los aciertos del Gobierno y reduce sus errores", y pidió que se realice una auditoría de los gastos de Palacio en los últimos cinco meses.