Antes y después de la audiencia que dio inicio al juicio oral en su contra, Martín Vizcarra no dudó, ante la prensa, en jurar que es inocente y en repetir una narrativa que parece no coincidir con lo que el fiscal se encargó ayer de desmenuzar en la sala penal y que compromete aún más al expresidente en el cobro de sobornos por 2.3 millones de soles cuando era gobernador regional de Moquegua. El fiscal Germán Juárez Atoche sustentó su acusación detallando cómo es que sucedieron estos pagos ilícitos que se atribuye a Vizcarra por las obras Lomas de Ilo y Hospital de Moquegua. En el primer caso, Juárez indicó que el entonces gobernador tuvo conocimiento que la empresa Obrainsa estaba participando en la licitación de esta obra y que pidió una reunión con el gerente de esta compañía, Elard Tejeda. Vizcarra incluso acude al local de Obrainsa y le entrega información confidencial para que puedan ganar la licitación y le recomienda a Tejeda que no ofrezca más de 81 millones de soles. A cambio solicitó el 2% del costo directo de la obra, es decir, 1’016,212 soles.