Carlos Gallardo, gerente general del IPE, observó que nuestro país pasó de importar el 20% de derivados del petróleo, hace 10 años, a un 72% en la actualidad, en referencia principalmente al diésel y el GLP, que son los combustibles que más adquiere el Perú en el extranjero.Lo que se observa es que, a mayor variación de los precios del diésel y del GLP (en el mercado internacional), suben sus precios en el mercado local, constituyéndose en el primer costo que se refleja en la inflación en el país.Hasta ahora, el diésel es el combustible más consumido por las empresas de transporte de carga y pasajeros a nivel nacional. Se trata de un derivado que, al no poder ser producido de manera suficiente por las refinerías locales, debe ser importado asumiendo un mayor costo frente a su refinación en el país.Sin embargo, según advirtió Gallardo, son ya casi 20 años que el Estado le viene devolviendo a los transportistas el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que aplica al precio mayorista del diésel, particularmente a los dedicados al transporte de carga.Respecto al costo de este tipo de subsidio, Gallardo señaló que asciende a S/ 500 millones anual, aproximadamente. Sin embargo, refirió que, solo en el 2022, el Estado dejó de recaudar cerca de S/ 962 millones por efecto de esta exoneración.