Por Carlos Casas Tragodara, profesor de la Universidad del Pacífico.Uno de los problemas más destacados dentro de la política fiscal es el de la calidad en la ejecución del gasto. Como sabemos el monto de recursos que se destinan a inversión pública es significativo. A inicios de siglo se destinaban 2.5 puntos del PBI para este fin. En la actualidad tenemos que ese monto se ha duplicado en términos del producto. Por otro lado, en los últimos 10 años los gobiernos regionales y locales han manejado 65% del presupuesto de inversión.Los titulares, reportajes y especiales publicados en los medios de comunicación dan cuenta de la pobre ejecución de este gasto. Se cuenta con más recursos, pero no se ejecutan. Además, buena parte de estos montos provienen de la extracción de recursos naturales (canon) que se reparten en zonas rurales, y que son precisamente las que cuentan con mayores niveles de necesidades básicas insatisfechas y pobreza.Sobre esto sabemos que los niveles subnacionales de gobierno presentan una serie de limitaciones de baja capacidad, desconocimiento de la regulación, corrupción, malos lobbies locales y muchos factores que han sido estudiados y documentados y sobre los que no vamos a ahondar.