Hace seis años y medio que es investigado dentro del caso Cocteles por lavado de activos. El auto de enjuiciamiento, sin embargo, indica que los dineros recaudados para la campaña proempresa, que inició en 2009 a favor de la inversión privada, cuando era presidente de Confiep, fueron furtivamente utilizados a favor de Keiko Fujimori. Ricardo Briceño, no solo niega esto tajantemente, sino que acepta atender hoy temas de salud que, según los médicos, están relacionados con el estrés al que ha sido sometido. No pide compasión, pero afirma que a él y a muchos les han arruinado la vida y sale a exponer su caso porque considera que no todos tienen la posibilidad de levantar la voz cuando son perseguidos injustamente. Natural de Camaná-Arequipa, hijo de comerciantes, dedicado a los estudios, a la empresa privada y a la política gremial, Briceño, quien tiene 3 hijos y 50 años de casado con Muriel Clemens, maneja la teoría de que frente al caso Lava Jato, los fiscales José Domingo Pérez y Rafael Vela pusieron el foco en lo político en lugar de perseguir a los empresarios que estaban involucrados en la corrupción. Cree, que "se enfocaron en buscar el financiamiento de las campañas para ir contra Ollanta Humala, Nadine Heredia, Alan García y PPK" y dicho esto, invoca a los empresarios -sobre todo a los jóvenes-, a sacar cara por el Perú, a no ser derrotistas y a no dejar al país en manos de mediocres y corruptos: "Lo que ha querido este grupo de personas, que no sé quiénes son, es darle una lección al empresariado. Han dicho, no queremos que participen en política y lo han logrado, porque los empresarios hoy están atemorizados no quieren que les pase lo que a mí", sentencia. (Edición sábado).