De acuerdo con testigos, Andrés Hurtado, conocido como Chibolín, fue intermediario entre el gerente minero Javier Miu Lei y la fiscal Elizabeth Peralta para que ella lo ayudara a recuperar el oro que fue incautado a su empresa Lomas Doradas. El presentador televisivo habría cobrado US$1 millón. El juez Richard Concepción Carhuancho, titular del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, responsabilizó a Lucio Sal y Rosas, fiscal contra el crimen organizado, de devolver el oro que había sido confiscado.