Por Iván Alonso, economista.Las medidas de austeridad que supuestamente se le exigirán a Petro-Perú, como condición para el rescate financiero aprobado la semana pasada, son a todas luces insuficientes. Entre setiembre y diciembre, Petro-Perú tendrá que reducir sus costos de operación en 10% con respecto a los del mismo período del año pasado; y en el 2025 tendrá que reducirlos en 30% con respecto a los del 2024. ¡Ah, pero sin contar la depreciación ni los costos de operación de los lotes petroleros! Aun si cumple al pie de la letra, eso se traduce en un ahorro de unos US$200 millones en un lapso de 16 meses, que es menos de la mitad de lo que ha perdido tan solo en la primera mitad del año.El decreto, además, encarga a ProInversión la venta de los inmuebles que no sean "activos críticos nacionales". Pero, sin contar la nueva refinería de Talara, Petro-Perú tiene apenas US$300 millones de terrenos y edificaciones en su balance. Con eso no paga ni la vigésima parte de lo que debe.