Por Mario Saldaña, periodista.El ministro de Economía y Finanzas, José Arista, en tono de queja y sorna al mismo tiempo, ha señalado que en Petro-Perú existen "jeques árabes", aludiendo a una suerte de casta de funcionarios (dirigentes sindicales incluidos), que gozan de beneficios acordes con una compañía de alta rentabilidad y eficiencia; es decir, la antítesis de la estatal.Y tiene razón. En su libro "La tragedia de las empresas sin dueño", Carlos Paredes Lanatta, expresidente de Petro-Perú, describe cómo se han normalizado esquemas de corrupción, incentivos perversos y beneficios desproporcionados que explican la resistencia a su refundación.Arista agrega que es necesario desvincular a no menos de la tercera parte de los trabajadores, aproximadamente 2.300, pero, al mismo tiempo, solicita apoyo mediante una ley para hacerlo viable.