EL ÚLTIMO ADIÓS TUVO TINTE POLÍTICO
15 de septiembre de 2024

Sin la presencia de su hijo Hiro y con honores de Estado fue enterrado ayer el expresidente Alberto Fujimori (86), a tres días de su deceso y luego de una larga batalla contra el cáncer, que intermitentemente padecía desde hace más de 27 años. El último adiós a quien gobernó el país durante la década de los 90 se dio en medio de escenas de llanto y desconsuelo de sus familiares, y de gratitud y recordación de sus simpatizantes. Ellos llegaron primero hasta el Gran Teatro Nacional, para participar en la misa de cuerpo presente que ofreció el sacerdote diocesano Luis Gaspar, guía espiritual de la familia, y luego al camposanto de Huachipa, donde el exmandatario recibió cristiana sepultura. En ambos escenarios, y ante el féretro cubierto por el pabellón nacional, Keiko y Kenji, los dos hijos más mediáticos de los Fujimori-Higuchi, agradecieron las expresiones de cariño y condolencias de amigos y adversarios, reseñaron anécdotas íntimas y familiares, destacaron los logros del fujimorato y recordaron episodios gravitantes de esos 10 años, como el rescate de los rehenes del MRTA en la residencia del embajador japonés en el marco de la operación Chavín de Huántar. (Edición domingo).