Mientras el país se le escapa de las manos, la presidenta vive engañada tratando con petulancia de convencernos todos los días de que los peruanos tienen el mejor gobierno de su historia. Las balas y la sangre en las calles, la crisis económica, su lamentable respaldo a un ministro insalvable como el del Interior, y hasta su presunta complicidad en la fuga de Vladimir Cerrón, han terminado, sin embargo, de aplastar a Dina Boluarte. La mandataria sigue sostenida por un Congreso que no se cansa de aprobar leyes para satisfacciones partidarias y hasta criminales. Ambos parecen caminar juntos y niegan su romance mientras van tomados de la mano. La presidenta y el Congreso se parecen tanto. El país los rechaza y no deja de castigarlos. La última encuesta de Ipsos para Perú21 evidencia el malestar de los peruanos que han terminado por hundirlos con sus peores cifras. Boluarte y el Legislativo han alcanzado su peor nivel de desaprobación: la jefa de Estado con 90% y el Parlamento con 86%. La reprobación a la presidenta llega incluso al 95% en la región sur y 92% en el centro. El rechazo es del 93% entre los encuestados del nivel socioeconómico A. La mandataria iguala el peor registro porcentual en sus 21 meses de gestión alcanzado en junio pasado.