Nicolás Besich, coordinador general de Videnza Instituto, destacó que, según un estudio de Libélula, en los 20 años del proyecto Camisea, el servicio eléctrico en el Perú, donde más se ha masificado el gas natural, se ha ahorrado US$69,000 millones. La industria se ha ahorrado US$23,000 millones; US$16,000 millones el transporte; y US$1,000 millones el sector residencial."Uno puede decir: si hay demanda, hay miles de hogares que se afiliarían al gas. Pero, eso no es nada comparado con lo que consume una industria. De allí la necesidad de que los industriales, el comercio, el transporte, también adquieran el gas para `jalar" el ancla y que el ahorro llegue a todos", puntualizó.