Hay buenas razones por las que el control de la producción de cocaína en territorio nacional es difícil de implementar. La ubicuidad de los insumos requeridos, la protección que ofrece la selva donde se prepara y la dispersión geográfica de la producción son algunos de los motivos.En el caso del control de la minería ilegal en Pataz, La Libertad, no hay ninguna excusa de este tipo. Se practica abiertamente, en lugares conocidos y concentrados utilizando insumos estrictamente controlados. Sin embargo, como reveló ayer la Unidad de Investigación de El Comercio en su reporte desde la zona de producción, la facilidad de la que disponen los mineros ilegales para obtener y administrar explosivos haría a cualquier observador acucioso preguntarse si la actividad es realmente ilegal.Después de todo, ninguna autoridad parece interesada en el asunto a pesar de la flagrancia con la que se almacena y usa la dinamita.